En este capítulo cerramos nuestro primer mes al aire con una conversación íntima (y muuuy espontánea) entre nosotras: Sara y Fore. Nos sentamos a mirar hacia atrás y hablar de cómo ha sido esta montaña rusa de emociones desde que lanzamos Detonantes de Vida 🎢💛
Salimos al aire con miedo, pero salimos. Y lo que hemos recibido a cambio ha sido pura magia: mensajes, abrazos digitales, historias compartidas y mucho, mucho cariño. Gracias infinitas por acompañarnos en este viaje que apenas comienza.
Ah, y sí… este episodio es básicamente una hora de echarnos flores mutuamente 💐 porque a veces también se vale reconocerse y decirse: “lo estamos haciendo bien”.
Un mes de Detonantes de Vida: lo que nadie ve pero todo se siente
Palabras clave: feedback, resultados, invitados.
Hace un poquito más de mes decidimos dejar de esperar “el momento perfecto” y lanzarnos a crear algo que durante años nos estaba dando vueltas en la cabeza: Detonantes de Vida. Hoy, todavía no nos la creemos del todo jajaj. Porque sí, este espacio nació para compartir historias de transformación, pero sobre todo, para transformarnos a nosotras mismas.
Nunca imaginamos que grabar desde la sala de la casa, con menos de cien seguidores en redes, resonaría con tanta gente. Personas que admiramos nos han escrito para decirnos que quieren estar en el podcast. Otras, que no conocíamos, nos han enviado mensajes contando que se sintieron vistas, escuchadas, conmovidas. Y entonces, reafirmamos lo que siempre supimos: este proyecto es primero para nosotras, y si además le sirve a alguien más, es el mejor regalo.
En este tiempo hemos crecido más de lo que esperábamos. Lanzamos nuestro primer club de lectura y abrimos las puertas de un estudio que soñamos desde el principio. También lloramos, nos halamos los pelos, tuvimos días en los que sentimos miedo y dudas, en los que una quiso rendirse y la otra le daba ánimos.
Lo más poderoso ha sido ver que compartir desde la verdad, incluso cuando duele, no solo libera, sino que además conecta. Nos han escrito personas diciendo “me vi ahí”, “gracias por decir lo que yo no sabía cómo poner en palabras”, “yo también quiero contar lo mío”. Y nosotras, con todo el respeto y amor del mundo, abrimos el micrófono. Porque Detonantes de Vida es una excusa para reconocernos humanos, imperfectos, valientes.
Gracias por ser parte. Si llegaste hasta acá, quizás también estás buscando tu propio detonante. Tal vez este sea el momento de preguntarte: ¿qué harías si no tuvieras miedo?
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